Aunque las estadísticas varían de país en país, se estima que el 75? la población mundial es intolerante a la lactosa. Una de las formas en las que los intolerantes pueden seguir consumiendo algunos productos sin mayores inconvenientes es optar por las presentaciones deslactosadas.

En el caso de la leche, muchas personas aseguran que su sabor es radicalmente distinto con respecto a la variante completa. Si eres uno de ellos, aquí descubrirás por qué la leche sin lactosa es más dulce.

¿Sabe diferente la leche sin lactosa?

Sí, el sabor de este tipo de leche es significativamente diferente con respecto a las presentaciones enteras o completas. Para entender mejor la razón de ello, primero debes recordar nuevamente en qué consiste la intolerancia a la lactosa.

Palabras más, palabras menos, el organismo de las personas intolerantes tiene deficiencia de lactasa, una enzima que se encarga de descomponer en glucosa y galactosa a la lactosa (el llamado azúcar de la leche).

Para que los intolerantes puedan consumir alimentos con este compuesto, a todos estos se les incorpora la enzima que su cuerpo naturalmente no puede producir a niveles normales. En el proceso, la lactasa divide al disacárido en las 2 moléculas descritas, lo que genera el característico sabor dulce de la leche.

Debido a que el cambio de sabor no resulta agradable a todas las personas, muchas marcas se han esforzado en “ocultar” el dulce de la leche con estas características. Es por esta razón que con algunas distribuciones notarás que la diferencia con respecto a la leche completa no es tan grande.

¿Cómo se elabora la leche sin lactosa?

Ahora que conoces el motivo por el que este tipo de leche es más dulce, es momento de que destierres el mayor mito de su producción. Aunque la etiqueta leche sin lactosa parece ser muy explícito, en realidad no significa que la lactosa no forme parte de sus ingredientes.

De hecho, la mayor parte de las presentaciones incluyen el mismo porcentaje de este disacárido con respecto a sus pares completas (un 5%). En suma, la única diferencia notable con respecto a esta es la inclusión de la enzima en su proceso de elaboración.

No significa, por tanto, que la leche esté libre del disacárido, sino que ahora cuenta con una enzima que divide el compuesto para que tu organismo lo pueda procesar. Recuerda esto último la próxima vez que vayas al supermercado y leas en la etiqueta de tu leche deslactosada que sí incluye este compuesto dentro de sus ingredientes.

En algunos casos, la diferencia de sabor puede ser de gran ayuda. Gracias a este, el intolerante puede detectar con rapidez si el vaso de leche que está tomando es deslactosada o no; algo que es de provecho en contextos determinados.

La leche sin lactosa no es apta para alérgicos a la leche

Como has aprendido, la única diferencia con respecto a la leche completa es que a la variante sin lactosa se le ha incorporado la enzima que ayuda a descomponerla. Ya te hemos dicho que el porcentaje de lactosa en la leche es de solo 5%, lo que nos deja un 95? proteínas, grasas y otras sustancias compartidas en ambas distribuciones.

Considerando que los alérgicos a la leche reaccionan de forma inoportuna a todos los componentes de este líquido, la ingesta para ellos de este tipo de leche está contraindicada. Sí pueden, al igual que los intolerantes, optar por las presentaciones vegetales.

Mitos de la leche deslactosada

Antes de despedirnos, responderemos brevemente a una serie de mitos que giran en torno a las bebidas con estas características. Es muy probable que creas firmemente en algunos de ellos, por lo que conviene que los leas todos para tener un mayor conocimiento sobre tu condición y de los alimentos que pueden consumir:

¿Es más saludable?

No existen pruebas científicas que demuestren que la inclusión de la enzima genere cambios saludables en personas no intolerantes. De hecho, en algunas regiones está prohibido que una alusión de este tipo se incluya en la etiqueta (en Europa está regulado por la EFSA).

¿Tiene menos calorías?

No, y lamentablemente es uno de los bulos en los que la mayoría de los intolerantes cree. A diferencia de la leche desnatada, a la que se le ha eliminado la grasa por centrifugación, la variante con lactasa contiene la misma carga calórica que la completa (si varía en una presentación, la diferencia no está relacionada con este compuesto).

¿Tiene menos azúcar?

No, por las razones que ya hemos expuesto (no elimina el porcentaje del disacárido). Ten presente esto en el momento de regular la cantidad de azúcar que consumes al día si llevas una dieta especial.

¿La pueden beber los no intolerantes?

Sí, ya que no existen pruebas contundentes de que generen cambios positivos o negativos en su organismo. Durante algunos años, se creyó que podía motivar a que el cuerpo dejara de producir lactasa con el tiempo en vista de que la leche ya la incluía, pero recientes estudios no han encontrado una correspondencia tangible.

¿Es más barata que la leche completa?

No, y de hecho en la mayoría de los países su precio suele ser entre un 20% y un 40% más cara que su variante entera.

¿Todas son iguales?

No. Al igual como ocurre con otros productos para intolerantes, las marcas que elaboran este tipo de leches ofrecen un repertorio con sabores e ingredientes diferentes.

¿Tienen menos nutrientes que la variante entera?

Falso. Debido a que las proporciones de los compuestos son casi iguales en ambas presentaciones, la mayor parte de los nutrientes se mantienen en la leche. Estarás recibiendo lo mismo que si bebieras la variante completa.

¿Es más digestiva?

Sí, pero solo para los intolerantes. La incorporación de la enzima garantiza que el proceso digestivo se realice igual que en una persona que no padece de la condición.

Con esta última interrogante ya tienes toda la información que necesitas en el momento de planificar tu dieta, elegir el tipo de leche y comprender un poco más de tu condición. Recuerda que modificando unos pocos aspectos de tu rutina puedes llevar una vida completamente normal.

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